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El PRI está muerto en la capital del país

Jorge Herrera Valenzuela

El PRI está muerto en la capital del país
Octubre 28, 2017 21:38 hrs.
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El próximo año se cumplirán 20 años de que el Partido Revolucionario Institucional dejó de ser el invencible- No ha vuelto a tener ’carro completo’ en las elecciones locales y tampoco en las federales. La estructura partidista está totalmente anquilosada. Los sectores campesino, obrero y popular casi desaparecieron; las zonas rurales fueron devoradas por la urbanización, los sindicatos carecen de fuerza y las organizaciones de barriada se fueron a bandos contrarios.
Roberto Campa Cifrián fue el enterrador de las huestes priistas en el Distrito Federal, en el año 1997. El otrora Partido de la Revolución Democrática, con Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano como líder, desde entonces tiene la Jefatura de Gobierno. En esas elecciones los perredistas ganaron los 40 asientos de la Asamblea Legislativa. Las senadurías y las diputaciones federales, mayoritariamente, también, las tiene el llamado Sol Azteca.
(Campa Cifrián abandonó las filas del PRI, luego de ser el dirigente en el D.F., para unirse a la profesora Elba Esther Gordillo Morales, cuando fue expulsada del tricolor. La chiapaneca en 2006 hizo candidato presidencial del Partido Nueva Alianza, PANAL, a Roberto y éste después anduvo buscando refugio en otros partidos, traicionó a su protectora y finalmente el Presidente Enrique Peña Nieto lo ha elevado hasta subsecretario de Gobernación
Peña Nieto determinó que otro de sus protegidos, Eruviel Ávila Villegas, sea quien presida el fallecido PRI en la hoy denominada Ciudad de México o sea que, con muchos meses de anticipación, se vuelve a colocar un enorme listón negro en la fachada del edificio priista. Eruviel no garantiza la posibilidad de triunfo, porque él, como gobernador, no es el autor de la victoria de Alfredo del Mazo III; la campaña fue orquestada por el propio atlacomulquense desde su despacho de Los Pinos, autofacultándose por ser quien maneja, dirige, opera y determina las acciones en el PRI.
LOS DÍAS DE GLORIA EN EL D.F.
El antiguo Distrito Federal, hoy identificado simplemente como Ciudad de México, dista mucho de los días en que tenía el control político. Recuerdo que en 1949 operaba hasta en las escuelas primarias, organizando concursos de matemáticas, de ortografía, de lectura, entre los alumnos de sexto año. César M. Cervantes dirigía al partido y algunos de los firmantes de los diplomas a los participantes, fueron los diputados Gabriel García Rojas y Efrén Franco Lugo, del VI Distrito Electoral.
Fidel Yurén Aguilar, uno de los brazos fuertes de Fidel Velázquez Sánchez, dirigía la Federación de Trabajadores del Distrito Federal. Oscar Ramírez Mijares era quien tenía a su cargo el sector campesino. Los comerciantes establecidos, los profesionistas de las diferentes ramas, los deportistas, los jóvenes, las mujeres, estaban aglutinados en el Sector Popular, la CNOP. Alfonso Martínez Domínguez era de los responsables de esa área capitalina.
Aún tengo en mi archivo periodístico las noticias que se producían cuando los priistas tenían a verdaderos políticos, a hombres y mujeres con recorrido escalafonario, forjados en la calle colocando propaganda, repartiendo volantes, organizando eventos deportivos, presentando funciones de cine. Chucho Salazar (Jesús Salazar Toledano) organizó y ejecutó la campaña cuando fue lanzado carlos salinas de gortari. Imposible no recordar la tarea desarrollada, poco antes de 1988, por Jaime Aguilar Álvarez y Mazarrasa o la etapa de Gonzalo Martínez Corbalá (recientemente fallecido) y de Cuauhtémoc Santana Seuthe, quien, como Salazar, también ya no está en este mundo. El poblano Guillermo Morales Jiménez y el jalisciense Guillermo Cosío Vidaurri cumplieron bien su cometido como líderes en la capital mexicana.
EL DECLIVE Y EL ABANDONO
La fuerza arrolladora del PRD se hizo presente y antes de cumplir diez años, estaba posesionado del corazón de la República Mexicana, el legendario Distrito Federal, del escenario de muchas batallas históricas. Como ya está referido antes, Roberto Campa Cifrián era el dirigente priista y a nivel nacional el queretano Mariano Palacios Alcocer. El PRI perdió hasta la camisa.
Daba principio el declive de un partido político que no sabía de derrotas. La de julio del 97 no le causó insomnio al politécnico que en su infancia fue bolero y, por accidente, llegó a Presidente de México, Ernesto Zedillo Ponce de León. El candidato priista Alfredo del Mazo González fue apabullado por Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, postulado por el PRD. Desapareció el Departamento del Distrito Federal y surgió la Jefatura de Gobierno. Desde entonces el tricolor no figura políticamente en la Capital de la República.
Se desplomaron los cuadros sectoriales priistas. El comité ejecutivo nacional del PRI fingió demencia, no dio muestras de saber ser oposición y menos aún trabajar para recuperar el terreno perdido. En el 2000 la yucateca Dulce María Sauri Riancho tuvo las riendas en sus manos, pero no hizo nada y el hoy añorado Jesús Silva Herzog Flores perdió el gobierno de la Capital del País ante Andrés Manuel López Obrador, quien a partir de ese momento pensó en ser el Presidente de México; hoy hace su tercer intento.
Mariano Palacios Alcocer volvió a presidir al ya no invencible tricolor. Seguíamos pensando que había un arreglo entre el Gobierno Federal y el PRD para que éste se mantuviera gobernando el Distrito Federal y controlando la Asamblea Legislativa. El alto mando del PRI determinó, en el 2006, que la lideresa tlaxcalteca Beatriz Elena Paredes Rangel fuese en busca del triunfo, pero el ganón fue el discípulo de Manuel Camacho Solís, Marcelo Luis Ebrard Casaubón. Mariano perdía por segunda ocasión e igual le sucedió a Betty, pues la postularon en el 2012 y Marcelo hizo triunfar a su procurador Miguel Ángel Mancera Espinoza.
Para el 2018, el PRI la tiene más comprometida, más difícil. Peña Nieto como primer priista del país, como único dirigente de su partido, le entregó a la oposición, por kilos, oro molido a López Obrador al nombrar al corrupto Eruviel Ávila Villegas, quien sigue soñando con ser la salvación del país si lo postulan para suceder a su paisano. Los del ’frente’, no los de enfrente, pudieran ganarle al dueño de Morena, siempre y cuando sepan elegir un buen candidato, que no lo será Ricardo Monreal-
PREGUNTA PARA MEDITAR:
¿Por qué ninguno de los 13 presidentes del PRI nacional, entre 1997 y 2016, trabajaron para recuperar el gobierno y las posiciones legislativas federales y locales?
jherrerav@live.com.mx



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