Por Nidia Sánchez
En medio de un gran despliegue de seguridad a través de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México, los peregrinos han vuelto de rodillas y con las imágenes de La Morenita del Tepeyac cargando en la espalda. La fe se hace presente en la Basílica para visitar a la Virgen de Guadalupe.
Los visitantes de distintas regiones de país se hacen notar con sus uniformes estampados, bordados, en distintos colores.
Ha sido materialmente imposible, al menos hasta este viernes 10, que las familias acudieran sin sus hijos pequeños, algunos de ellos vestidos de San Diego, a pesar del exhorto de no llevar a menores.
Los cantos, la fe desbordada, se podía notar entre los grandes grupos organizados que llegaron.
La pandemia, ni la más reciente variante de Covid 19 que amenaza a la humanidad, pudo detener a los creyentes.
Este viernes todavía los peregrinos escucharon misas, cantos sublimes, removiendo la esperanza del pueblo mariano.
Los vendedores ambulantes están a la vista a lo largo del camino antes de llegar a la Basílica, los puestos de socorro, la presencia también de la Guardia Nacional y el personal de la Alcaldía Gustavo A. Madero.
Parece poco probable, materialmente imposible que puedan confirmar que cada fiel católico cuenta con las vacunas.
La Basílica ha vuelto a vibrar con la devoción de los creyentes, luego de que el año pasado no fue posible.
Se espera que esté sábado y domingo las visitas se incrementen a pesar de que no habrá misa, mañanitas en vivo, sino un programa pregrabado que se podrá ver a través de las redes sociales.
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